2023-10-04
Héctor Hilán Villada Ramírez
Héctor Hilán Villada Ramírez es una de las personas más populares y queridas por todos los sabaneteños.
Contra todos los pronósticos de los médicos de la época, quienes decían que no iba a vivir muchos años, Héctor se convirtió en una de las primeras personas con síndrome de Down del Municipio. Vivió mucho tiempo en el barrio Betania y luego en el barrio Restrepo Naranjo.
Aunque huérfano de padre y madre, Héctor cuenta con la presencia de sus hermanos y la compañía de su sobrina, con quien vive actualmente. A lo largo de sus 60 años, muchas son las historias que rodean a Héctor, pero una de las que más recuerdan algunos de sus conocidos es cuando Héctor Hilán se desapareció y más tarde se supo que se había montado en un bus para acompañar un entierro.
Javier de Jesús Jaramillo Ruiz
Más conocido como ‘El Mono Jaramillo’, fue uno de los ciclistas más importantes en la historia de Sabaneta, representando al Municipio en importantes competiciones como la Vuelta de la Juventud, la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN, disputando carreras con Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez y otras glorias del ciclismo nacional.
Inició arreglando su propia bicicleta y las de sus amigos. Sin embargo, con el paso del tiempo, montó su primer taller llamado El Reblujo. Más tarde, en 1974, compró el lote donde hoy funciona uno de los almacenes y talleres más reconocidos del territorio: Monociclas.
El ciclista, padre de cuatro hijos, sufrió varios accidentes a lo largo de su carrera, incluso permaneciendo en coma durante más de 20 días. Era todo un aficionado al ajedrez, y al cumplir la edad de su pensión, se retiró de la mecánica de bicicletas, pero nunca de su pasión por rodar por todo el departamento.
Entre los ciclistas, era conocido como un apasionado y una persona que siempre estaba dispuesta a enseñarle y a apoyar a quienes querían aprender de este deporte.
Javier murió trágicamente a la edad de 68 años en un accidente ocurrido en el Alto de Minas, mientras se desplazaba en su bicicleta.
Mario de Jesús Hernández Franco ‘El Peluquero’
Nació en Envigado, en el barrio Zuñiga en 1942, exactamente un 28 de agosto de 1942, es decir, el Día del peluquero, como él mismo lo señala.
Aunque todos lo conocen como El Peluquero del pueblo, no siempre se desempeño en esta actividad, pues cuenta que antes sacaba arena, vendía periódico, paletas, fue escultor y fogonero (actividad en la que eran comunes los apodos, por lo que él no fue la excepción y recuerda con cariño el suyo: Care pis).
Mientras se encontraba lavando buses, otra de las actividades que realizó, un compañero le pidió que le cortara el cabello, y sin saber, Mario lo hizo. Al mostrarle a su madre lo que había hecho, fue ella quien le dijo que hiciera lo mismo con su familia, ya que eran siete, y podrían ahorrar dinero. Así pues, se dio el inicio de ‘La Barbería del pueblo’.
Carlos Alberto B. ‘El Bizco’
Más conocido como El Bizco o Yupi, Carlos es un sabaneteño que vive en el barrio Holanda y desde muy temprana edad se destacó por su talento para la conducción y la mecánica automotriz. Algunos lo recuerdan como uno de los mejores conductores de Sabaneta.
Lastimosamente, Carlos sufrió un accidente donde murió su compañero de viaje, lo que le causó una crisis emocional fuerte.
Actualmente, es común verlo por el sector El Trapiche. En ocasiones, es posible escucharlo contar historias de su juventud, pero lo más curioso es que recuerda con impresionante exactitud cada departamento y municipio del país.
Juan Ramón Escobar
Más conocido como ‘El duende’, pues cuentan los historiadores que Juan tenía la capacidad de convertirse en racimo, o incluso sin tocar a la policía, era capaz de quitarles el revólver y esconderlo en los árboles del Parque Principal. Vestía de forma muy particular: pantalón caqui recogido a los tobillos y amarrado con cauchos, alpargatas, carriel, sombrero y bastón.
Cuando murió, descubrieron que tenía dos tatuajes, uno en cada una de sus piernas, y se trataba de un diablo y una diabla.
Como estas, son muchas las historias que rodean a Juan Ramón, entre ellas una contada por Robinson Restrepo ‘Cascajo’ en la que menciona que una vez tomó una fotografía en el momento en que ‘El duende’ pasaba frente a su casa, y a la hora de revelarla, se podían apreciar las demás personas presentes menos él.
Juan Ramón trabajó durante mucho tiempo como ayudante del carnicero Antonio Montoya, más conocido como ‘Toño Legas’.
Una frase característica de Juan Román que recuerdan los historiadores: “Aquí no maida naiden, yo tengo las escrituras de esto”.